El acomodador del Gran Rex nos pedía 50 por cabeza para darnos una mejor ubicación. Los Paralamas volvían y había ganas de verlos. La coima nunca fue nuestra especialidad y nos quedamos. Tudo legal.
La fiesta inolvidable. Las manos hinchadas de aplaudir.
El cierre en Ouro Preto. La risa instalada. Planeando nuevas incursiones. No nos va a alcanzar la vida, concluimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario